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Nací como un cuento. Crecí como un diario y pienso irme como una historia.

miércoles, 23 de julio de 2014

VIAJE DE VUELTA



           Anselmo había recorrido más mundo del que yo pudiera imaginar. Desde que se jubiló como trabajador de la compañía Roca Radiadores, hace ya 20 años, su espíritu aventurero no descansó ni un momento. Todo fue planificación y ganas de ver otros mundos, otras culturas, otros problemas… Lo mismo estaba en París que  paseaba por Oslo o tomaba un café en Varsovia. Una ilusión compartida con Clara, su mujer, y que ahora, después de su marcha, se difuminaba en el futuro.
        Anselmo baja a la estación el viernes de cada  semana- los viajes son más económicos en los días azules-. Recorre las ramblas de Gavá, el pueblo donde siempre ha residido desde los diez años, acompañado de su pequeña mochila repleta de folletos, un par de bocatas y una botella de agua. Marca su billete T.10 y cruza el paso subterráneo hasta el andén dos y se sienta en el banco de siempre con su mochila al lado y los horarios de los trenes en sus manos. Apenas los mira. Los sabe de memoria pero es una costumbre y difícilmente  la cambiará.
        -Ahora pasará el  de y cuarto, procedente de Barcelona.- pero no presta atención, no le interesa lo más mínimo la marabunta de gente que fluye en un sentido u otro. Él espera otro tren diferente, un destino diferente, un recuerdo diferente.
            “Atención, atención. Tren con destino Reus. No tiene parada en esta estación. Rogamos a los viajeros no crucen las vías. Utilicen  los pasos inferiores.”
           Anselmo escucha mientras fija  sus ojos en el horario de trenes. Se levanta, se coloca su mochila a la espalda y espera la llegada de ese tren que lo llevará lejos como todas las semanas. Y se va con el sonido metálico de sus ruedas y los remolinos de aire que se forman en todo el andén.
           Después vuelve al paso inferior, sube las escaleras y regresa a las ramblas. Pero ahora ya no son las Ramblas de Gavá es la Piazza Venecia, la Piazza Navona, la Piazza del Colosseo, la Via dei Fori imperiali.
           Camina despacio como si lo acompañara su mujer del brazo. Gesticula y su vista se pasea por los monumentos que desfilan ante ellos. Todos los recuerdos vuelven a su mente, lo reviven un poco más y le dan ánimos para programar el viaje de la próxima semana.
torre-eiffel-viajes-paris       - Quiero pasear por el Sena y volver a subir a la Torre. ¿Te apetece?
          Y Clara se calla, le sonríe, se encoge de hombros y deja que el silencio le lleve esa respuesta que él siempre quería escuchar.
            -Pues iremos a París, si es lo que quieres.


   A todos los que viajan en la soledad de casa